Marta Quintana, abogada especializada en Seguridad Alimentaria
La miel es un alimento ancestral, presente a lo largo de la historia del ser humano, que proporciona una gran cantidad de energía y que además, tiene una multitud de compuestos que pueden mejorar nuestra salud, siempre consumiéndola con moderación.
A la miel siempre se le han atribuido un número importante de virtudes, pero qué propiedades, reforzadas científicamente, tiene este alimento? Esta es la cuestión que intentaremos responder. Las propiedades hacen referencia a la miel cruda o sin calentar a altas temperaturas, como la que comercializamos en Alemany.
La miel es un alimento natural al cual se le atribuyen multitud de virtudes y se caracteriza por poseer un alto contenido energético de forma natural pero, ¿qué propiedades, secundadas científicamente, tiene éste alimento ancestral?
Para describir estas con evidencias científicas, nos hemos basado en el artículo ‘Propiedades de la miel. Revisión de revisiones’, en el cual el reconocido nutricionista Rubén Murcia Prieto hace una selección cuidadosa de los artículos científicos sobre la miel y sus propiedades.
Evidencias científicas de calidad sobre la miel
El artículo constata una serie de evidencias científicas de alta calidad:
Los estudios científicos demuestran que la miel contribuye a la reducción de la tos. Incluso, existen evidencias que sugieren que la miel no difiere significativamente de los fármacos antitusígenos y reduce la frecuencia de los resfriados.
Recientemente, hay informes que aseguran que el sistema público de salud se podría ahorrar mucho dinero si, en ninguna parte de utilizar fármacos caros contra la tos infantil, se utilizaran remedios igual de eficaces con miel. A diferencia de medicamentos como los corticosteroides, los remedios tradicionales, como consumir miel, sí que mejoran los síntomas de los resfriados.
Así mismo, se destaca el efecto antitusígeno de la miel. En cuanto al resfriado común vemos todavía como fármacos como los corticosteroides son ineficaces para combatirlo, en cambio otros remedios tradicionales como el consumo de miel sí que mejoran los síntomas.
La miel posee efectos nootrópicos que mejoran la memoria. Además, tiene efectos neurofarmacológicos, actuando como ansiolítico, anticonvulsivo y antidepresivo. Los diversos estudios concluyen que los componentes polifenólicos de la miel pueden reducir las especies reactivas de oxígeno y el estrés oxidativo, mientras se restaura el sistema de defensa antioxidante celular. Los polifenoles de la miel también atenúan la neuroinflamación y son útiles en la mejora de los déficits de memoria.
Los datos científicos que también constatan su eficacia en el tratamiento de las heridas, úlceras y quemaduras son abrumadoras. La misma validez o superior en relación a un fármaco convencional lo ofrece la miel en el tratamiento de las enfermedades dermatológicas.
Ya desde hace más de 2.700 años, la miel ha sido utilizada por los seres humanos para tratar una gran variedad de enfermedades a través de la aplicación tópica, pero no ha estado hasta tiempos modernos en que se han constatado sus propiedades antisépticas y antimicrobianas.
Los estudios clínicos han demostrado que la aplicación de la miel en heridas infectadas reduce rápidamente la infección y mejora la cicatrización. Un gran número de artículos científicos han confirmado el poder antimicrobiano de amplio espectro (antibacteriano, antiviral, antimicrobacteriano), propiedades que pueden atribuirse a la acidez, a su efecto osmótico, a su concentración alta en azúcares, a la presencia de factores bacteriostáticos y bactericidas (peróxido de hidrógeno, antioxidantes, lisozima, polifenoles, ácidos fenólicos, etc.), un aumento de la liberación de citoquinas, a la modulación inmune y a las propiedades antiinflamatorias de la miel.